Daroca, situada entre dos capitales aragonesas, Zaragoza y Teruel, está rodeada por torres y murallas que serpentean arriba y debajo de las colinas que la circundan.
Esta población conserva todo su sabor medieval, exponente de los cuales son su calle Mayor y las puertas que la limitan.
En su plaza Mayor se levanta la iglesia, con elementos de distintos estilos arquitectónicos y que tiene un pórtico más que interesante.
Además de estos puntos de interés, es un placer perderse por las estrechas calles y angostos callejones que parten y vuelven a la calle Mayor, en los que la sombra hace más agradable si cabe el paseo.
A lo largo de Daroca hay distintos parques y jardines por los que pasear y aplacar el calor que en las horas centrales de los días de verano llega a ser muy alto.
Un lugar en el que tomar algo o incluso hacer noche es “100 balcones”, un hotel de 3 estrellas en plena calle Mayor y que cuenta con acogedor patio.
Durante la última semana de Julio se convierte en un fantástico escenario para celebrar la feria medieval, una ocasión muy especial para visitar esta localidad.